
Mientras esperaba mi turno en la cola del supermercado, escuché detrás de mi, la voz de una niña que decía ," ¿papi, me compras un chocolate?. El rotundo no, dado por respuesta, hizo que me diese vuelta por curiosidad, entonces vi un rostro silencioso, que parecía preguntar, ¿por que no? y a dos lagrimas que abandonaron sus ojos y recorríeron sus mejillas.Volví a dar la espalda a la niña y a su padre pensando en como dos simples letras pueden estrujar tu corazón de felicidad o de angustia , S I y N O
Pobre!!!
ResponderEliminarMe parece que ante esta historia, todos tenemos el corazón estrujado!!! quién no!!!
Y ahora pienso, hay veces en que ni siquiera hace faltan palabras, una mirada puede ser suficiente!
...la opción hubiese sido que tú le compraras el chocolate... ¡y qué sorpresa para la niña y el padre!
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre hay opciones para un final,me hubiese gustado regalarle un xocoatl (de esto sabes mas que yo ¿no?)pero no soy yo el del relato gracias Manuel y Roberto
ResponderEliminarjeje yo también imaginé ese final...
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