Confesiones de dos caminantes que por los caminos de la vida, la vida por los caminos de a poco fueron dejando

Una parte del camino la he he recorrido gateando, hasta que puesto de pie y con paso vacilante, he avanzado otro instante hasta volver a caer. Luego vinieron etapas recorridas a pie firme, del camino nunca he de irme, siempre por el yo andaré y hoy cuando  va llegando el momento, en el que un poco zigzagueando y otro tanto tambaleando, voy recorriendo el sendero que la vida me marcó, llevo la conciencia tranquila, pues ya haya sido gateando, caminando o tambaleando, nunca de los trechos andados, del camino me he apartado.


El arrepentido (la banquina no es el camino)

Por haber cometido daños, le he destruido peldaños a la escalera del bien y ya no sé si a esta altura, desde la que al mirar hacia abajo, he de encontrar un atajo que me vuelva a encaminar, pues finalmente he aprendido a fuerza de tantos golpes, que por caminos sinuosos, plagados de muchos pozos, nunca es mejor la banquina, para quien por ellos camina.